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domingo, 27 de septiembre de 2020

UNA GRAN ILUSTRADORA: MÓNICA CARRETERO

 


Hoy vamos a descubrir a una de nuestras más sobresalientes ilustradoras: Mónica Carretero. Hace tiempo que conozco sus dibujos y , la verdad, es que me fascinan  por su colorido y su gran imaginación . Siempre invitan a ver el lado alegre de la vida.

Mónica nació en Madrid, aunque hace muchos años que vive en Segovia. Comenzó como diseñadora gráfica y haciendo tartas en un  salón de té, pero su pasión por el dibujo y la ilustración le hicieron dedicarse a ello de lleno.

De forma autodidacta bebió de las fuentes de otros dos de los grandes, Ana Juan y José Ramón Sánchez, a quien muchos conoceréis de la televisión y el programa que se emitía por los años 80 titulado El Kiosko.

 Ha escrito e ilustrado decenas de libros, colabora con varias revistas españolas y americanas, ha recibido premios en España y fuera de ella y últimamente también realiza trabajos de decoración, juegos, textiles...

Mónica trabaja varias técnicas, pero la que utiliza con mayor frecuencia es la acuarela

Ella siempre dice que esta profesión le da la vida y que lo mejor que puede hacer en pasar el tiempo dibujando e inventando historias.

 Vamos a ver sus trabajos, luego me diréis que os parece.
































domingo, 20 de septiembre de 2020

EL OTOÑO QUE NOS VIENE

 




          Las vacaciones pasaron y el verano parece ser que también, ahora toca coger la chaqueta y el paraguas y salir a pasear observando el cambio tan extraordinario que sufre la naturaleza por estas fechas.

          Este año el otoño comenzará el 22 de septiembre en el Hemisferio Norte y durará 89 días y 20 horas, finalizando con el solsticio de invierno, el 21 de diciembre.

         Hace tiempo que ya notamos los días más cortos y las noches más largas, ya apetece arroparse un poco en la cama, sobre todo los que hemos pasado los terribles sofocos del verano. Vemos como los días se igualan a las noches hasta que llegue el esperado equinoccio el próximo martes, y los dos sean exactamente igual.

          Atención también a los que les guste la luna porque en esta estación, cuando tengamos la suerte de ver la luna llena o Luna de las Cosechas, el 1 de octubre, tendrá una luminosidad especial y no nos lo podemos perder.

          Pero no solo debemos mirar la luna llena, hay que mirar el cielo siempre, de noche porque las estrellas están  preciosas, y día, porque el colorido que nos ofrece es realmente maravilloso, especialmente a la salida y la puesta de sol. Los tonos rojizos, anaranjados, violetas...nos ofrecen un espectáculo sin igual. Y si a eso se añade el color que van tomando los árboles y toda la naturaleza en general, pues aún resulta más extraordinario. Personalmente, si por algo me gusta el otoño es precisamente por sus colores. Y como soy de madrugar no me pierdo ni un solo amanecer.

          Muchos animales se preparan para la hibernación, otros se marchan de veraneo hacia tierras más cálidas, como es el caso de las aves.  A mí me encanta verlas al atardecer, atravesar el cielo todas juntitas, volando en forma de uve hacia la dirección del sol, emitiendo unos atractivos graznidos que parece que nos dicen "¡adiós, hasta la vuelta!".

          Y ahora viene lo más interesante para los nacidos en esta estación, que sé que sois algunos de los que pasáis por aquí. Me he enterado que según un estudio hecho por la Universidad de Chicago, los bebés nacidos en estos meses tienen más posibilidades de llegar a los cien años que los que han nacido en otra estación ¿Por qué? ¡Pues vaya usted a saber! Las estadísticas así lo demuestran, es todo cuanto se sabe. Pero que no cunda el pánico entre los demás, que llevando una vida sana ( ejercicio, dieta, controles médicos...)se puede lograr exactamente lo mismo.

          ¡Y qué más deciros! Solo que os animo a disfrutar de este tiempo que nos viene, que viváis el momento con ilusión y esperanza, y que pese a los malos tiempos que corren, podamos sacar lo bueno.

                                                                                   

                  ¡¡¡FELIZ OTOÑO!!!







domingo, 13 de septiembre de 2020

LA VOCACIÓN TARDÍA

 Rest and reading in the afternoon / Reposo y lectura en la tarde (ilustración de Marcos Llussá)

                                                         (imagen de la red)

    LA VOCACIÓN TARDÍA

          Elisa nunca había escrito nada más allá de las cartas que, por su trabajo de administración, se vió obligada a hacer en su vida laboral, pero escribir historias o contarlas nunca se le dio bien, para eso ya estaban los grandes escritores de los que ella era una lectora empedernida.

          Sin embargo, de un tiempo a esta parte, se había hecho con un pequeño cuaderno y escribía en él sin parar todo el día. Sus hijos no comprendían esa vocación tardía que había surgido en su madre  de la noche a la mañana, ni se imaginaban que podía estar escribiendo a todas horas con el bolígrafo en ristre y sin coger el ordenador, que resultaba mucho más fácil, aunque bien es verdad que, desde que se jubiló había perdido mucha destreza con las teclas.

           ¿Pero qué escribiría con tanto interés que hasta se olvidaba de comer y dormir?

          "Siempre esperaba con ilusión que llegara el domingo. Era mi día favorito de la semana porque comía con los abuelos. Las comidas en casa de los abuelos me lo pasaba tan bien que si tuviera que definir lo que es la felicidad sin duda me referiría a ese momento  de mi vida.

En verano nos juntábamos en su casa toda la familia. En aquel cigarral grande  en mitad del monte, lleno de árboles frondosos que  con su sombra ofrecían un alivio al calor sofocante de la estación estival, que por allí se vivía con gran intensidad.

          El salón era amplio , orientado a poniente y tenía una vitrina muy llamativa en la que el abuelo iba poniendo todos los recuerdos que traía de sus viajes. En el centro estaba la gran mesa de roble donde comían los mayores, a nosotros, los niños , nos colocaban en una supletoria que ponían al lado, solo para ese momento. Allí me sentaba yo, con mis primos, pero siempre al lado de Carmencita, la hija mayor de mi tía Carmen, con la que compartía edad, colegio y todos los secretos e inquietudes propios de la niñez.

          Entonces, una vez colocado todo el mundo,Marita, la cocinera de la abuela, iba sacando los guisos en una gran fuente muy bien presentada, y uno a uno nos servía teniendo en cuenta las preferencias. Yo, que era mala comedora, estaba deseando que llegara el postre porque siempre preparaba aquel pastel de chocolate con nata que estaba para chuparse los dedos. La alegría , las risas, las pequeñas peleas entre primos regaban la mesa dándole un sabor dulce y entrañable, que ahora al recordarlo me hace ¡tan feliz!

Después de comer, el abuelo con su enorme bozarrón decía:

"¿Quién se quiere echar la siesta conmigo?"

          Y una hilera de mocosillos le seguíamos entre gritos para ver el que se hacía notar más.

          Nos juntaba a todos en el porche y nos contaba sus hazañas vividas en sus largos viajes por el mundo. Nosotros le escuchábamos fascinados y sin  pestañear, y le pedíamos que lo repitiera una y otra vez. El abuelo era único contando cuentos, sabía poner la entonación adecuada en cada momento de la narración, hacía mil voces diferentes y con frecuencia dejaba el relato en suspense para avivar la atención. ¡Era genial!. Yo le adoraba y celebraba con alegría el teimpo que podía pasar con él.

          Pero después de un rato de charla y tras la copiosa comida que nos preparaba Marita, el sueño iba haciendo mella en él, y entonces nos despedía con un caramelo de anís para cada uno y nos mandaba a jugar fuera, mientras él se iba al butacón de su despacho a cabecear un rato..."

          Elisa dejó de ser niña hace mucho tiempo. La arrugas surcan su rostro y las canas se han apoderado completamente de esa melena cobriza que fue la envidia de muchas. Muy pronto ella misma se convertirá en abuela, pero la enfermedad la acecha escondida en las sombras, va tras ella y no le da tregua. Necesita un tiempo que no tiene antes de que estos y otros bellos recuerdos se borren de su memoria para siempre, y por eso escribe y escribe sin parar. Ella no podrá contar historias a su nietos, como hacía el abuelo Juan, pero las dejará escritas para que las lean y sepan quién fue su abuela. Solo así podrá descansar.


domingo, 6 de septiembre de 2020

EL COMIENZO DE CURSO


Hoy, domingo de primeros de septiembre, he observado en la ventana, a primera hora de la mañana, la inclinación de los rayos de sol que ya no es la que era hace solo un mes; la temperatura, que también ha cambiado y algunos otros signos anunciando el fin del verano...y la memoria me ha traído otros septiembres que, aunque no están lejanos en el tiempo parece que hubieran pasado siglos.
Y así, aprovechando el momento, he cogido el ordenador y me he puesto a escribir.

"Siempre esperaba el comienzo de curso con ilusión. Los últimos días de agosto se  mezclaba la tristeza por el término de las vacaciones con la inquietud por poner en práctica todas las ideas y proyectos que había ido fraguando en mi cabeza durante el periodo estival. Siempre tenía pensado algo nuevo, distinto, algo que pusiera un sello de identidad a cada curso escolar, y que a la vez, les sirviera a los alumnos de referente en su vida y recuerdos de la escuela.
          Los primeros días, antes de empezar las clases, me gustaba prepararlo todo, distribuir los rincones, decorarlos con dibujos, con frases sugerentes, con carteles motivadores, con muñecos de trapo...Me preguntaba." Si yo tuviera ocho años ¿qué cosas me gustaría que tuviera mi clase? ¿cómo podría sentirme a gusto en ella?". Y entonces me hacía niña otra vez y pensaba en cosas que me pudieran gustar, que tuvieran magia y atractivo para su edad. Y como loca empezaba a decorarlo todo. 

          Un año viajamos durante todo el curso en un barco pirata, otra vez fuimos aprendices en una escuela de brujería, Tom Sawyer nos visitó y fue un compañero más de clase, al igual que Pinoccho, con Pamela Fogg (sobrina de Billy) dimos la vuelta al mundo...¡Y cada año se convertía en una aventura nueva, distinta a la anterior!

Mi cabeza parecía una batidora durante el verano, y en los primeros días de septiembre trabajaba sin descanso para que todo estuviera a punto, y que lo niños, al llegar se llevaran la gran sorpresa.

El primer día pasaba la mañana contándoles mis planes y lo divertido que iba a ser ese gran viaje hacia lugares insospechados. Ellos me escuchaban entusiasmados, con sus caritas de asombro, deseando empezar. Iban a sus casas y se lo contaban a sus padres muy contentos, esperando impacientes la vuelta al día siguiente.

Después, el curso empezaba a rodar y rodar. Desgraciadamente no todo era magia, había también libros y programas que dar, tareas arduas y aburridas a las que los niños no encontraban sentido práctico y había que hacer mil inventos para que resultasen atractivas. Mi obsesión era siempre rodearles de su mundo, de sus inquietudes e intereses para que se hiciera más llevadero.

Y no escatimaba esfuerzos para hacerlo. Días de vacaciones, fines de semana y tardes enteras pegada al ordenador o haciendo carteles, pero lo hacía feliz porque sabía que al final me esperaba la mejor de las recompensas: su cariño.

Hoy,  aquellos niños son ya jóvenes adultos. Algunos , cuando me ven me saludan y me cuentan que ya terminaron sus estudios y son médicos, administrativos, ingenieros, transportistas, biólogos, policías, algún que otro profesor...pero siempre me hablan de aquellos años de su niñez, y de cómo además de aprender la tabla de multiplicar y la sintaxis de las oraciones , aprendieron a volar con su imaginación y a ser personas resueltas en un mundo que no se lo pone fácil a nadie.

Y yo, al escucharlos hablar así, me voy feliz a mi casa recordando los versos de Gabriel Celaya que llevo grabados en el corazón:

"Soñar, que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada".

                         ¡¡¡FELIZ COMIENZO DE CURSO!!!

PD :El dibujo es un cuadro que hice de la entrada del colegio en el que trabajaba entonces. Yo misma la decoré con carteles y dibujos de bienvenida para que los niños nada más entrar se sintieran felices. Creo que ya lo he publicado en otra entrada pero me ha parecido oportuno ponerlo también en ésta.






 

jueves, 3 de septiembre de 2020

DE VUELTA

 


Agosto pasó y con él las vacaciones también se marcharon. Ahora toca ponerse a trabajar, con nuevas ideas y las ilusiones renovadas después de este pequeño paréntesis.
Este otoño/invierno se presenta también difícil y más complicado de lo que nos gustaría a todos, pero hay que seguir adelante como sea y ponerle "al mal tiempo buena cara", como dice el refrán. La mascarilla que no solo sirva para evitar la entrada del bicho, sino para alejar también la tristeza y los miedos, y refugiarnos en aquello que nos guste hacer y nos haga felices. 
Por mi parte yo ya he sacado mi caja de pinturas y dispuesta estoy a hacer buen uso de ellas en esta temporada. También echaré mano de mis cuadernos de escritura para compartir algunas cosillas con vosotros, que aunque no sean muy buenas, a mí me entretienen. Seguiré con mis clases de música, mis paseos al aire libre, mis visitas a familiares...
Como veis nada del otro mundo, pero si se disfruta con ello...¡pues todos contentos!
Os dejo el calendario de septiembre y voy ahora mismo a pasar por vuestros blogs para ponerme al día.