EL CASTING
La sala de espera de los estudios Sexyboom está llena a rebosar. Hombres y mujeres de todo tipo y edad han acudido al casting que esa mañana se realizará para la próxima película porno.
Un señor con bigote y gafitas redondas se mira impaciente el reloj esperando su turno.
-Perdón, ¿puedo sentarme aquí?-le pregunta una señorita rubia de muy buen ver pero con una halitosis que tiraba de espaldas.
-Si, claro, cómo no- contesta el señor de bigote apartándose un poco y mirando otra vez el reloj.
-¿ Y usted también ha venido a lo del casting?-pregunta ella por hacerse la simpática.
El hombre, tapándose disimuladamente la nariz le contesta:
-Si, así es, con el coronavirus me he quedado sin empleo- y vuelve a mirar el reloj.
- A mí me ocurrió algo parecido-dice la chica, y el hombre se vuelve a tapar la nariz, alejándose un poco- Era vendedora en una inmobiliaria que tuvo que cerrar por falta de ventas.
-¡No me extraña! ¡Con este olor!- dice para sí el señor.
-¿Ha dicho algo?-pregunta ella.
-No, no , nada- Pero para sus adentros pide con todas sus fuerzas que no le toque como compañera de reparto.
-¿Y a qué se dedicaba usted?-quiere saber ella.
- Era arqueólogo, en una buena empresa, pero con la que nos está cayendo, nos despidieron a todos.
Y en ese momento escuchan sus nombres por el altavoz: " Basilio Ruíz y Rosa Bermúdez, pasen a la sala número 3".
Nerviosos los dos se levantan, se recomponen un poco la ropa y entran.
Un tipejo calvo y barrigudo les tiende la mano y se presenta como el director. Les ordena situarse en mitad de los focos e interpretar una tórrida escena amorosa..
Basilio se acerca a Rosa. Se mira el reloj, piensa que no va a poder soportar el olor nauseabundo que sale de la boca de ella. Intenta no obsesionarse, no pensar, no pensar, no pensar...Al final consigue dominarse, la coge por la cintura y le da un tímido beso en los labios, pero Rosa le atrapa bien, le besa a lo grande, y Basilio se olvida por completo del mal aliento y se entrega de lleno a la faena.
-¡Corte, corten!- se oye una voz detrás de los focos.
Es una mujer algo estrafalaria, bajita, gorda y con peluca, vestida de rockera, que de buenas a primeras parece que lleva al voz cantante. Pero entonces, ¿dónde está el director de la película?
Los aspirantes a actores no salen de su asombro, cuando por las cortinas del fondo ven aparecer a dos enfermeros con una camisa de fuerza y se la ponen a la mujer. Ésta forcejea. No quiere que la sujeten y se resiste, como consecuencia de ello la peluca se cae y aparece el director de cine.
-Disculpen- dice uno de los enfermeros- Se ha escapado del psiquiátrico. No sabe lo que hace. Tan pronto piensa que es un hombre como una mujer. Ustedes no se preocupen que ya nos lo llevamos.
Los aspirantes se miran sin entender nada, se encogen de hombros, y sin pensarlo dos veces, con una urgencia que no admite demora, se deciden a terminar lo empezado. Mientras, a lo lejos, se oye la voz del director que dice..."¡Suéltenme, suéltenme de inmediato! ¡Esto no es lo que parece!"