EL CUMPLEAÑOS
Era el día de su cumpleaños. Un día como otro cualquiera,
pensó nada más despertarse. Después de tantos años ya no se acordaba de los que
cumplía. Tenía que echar las cuentas para saberlo con exactitud, y después de
todo...¡qué importaban ya los que hiciera!. Uno más , uno menos, daba igual.
Tendría que seguir aguantando el dolor artrítico de la rodilla, el de la
cabeza, la insuficiencia cardíaca y otras cuantas cosas más que, no por ser su
cumpleaños, iban a desaparecer. Tampoco esperaba visitas. Sus hijos y nietos
vivían demasiado lejos de la residencia...¡y ya se sabe! los trabajos, los
colegios, las obligaciones y los horarios les impedirían estar con ella ese
día. Tendría que conformarse con alguna
llamada telefónica.
Así pues, con el ánimo un tanto decaído, cogió el bastón,
salió al pasillo y se dirigió al comedor para desayunar. Tomó asiento en su
mesa de siempre, se sirvió el café y cogió unas galletas del plato que estaba
en el centro de la mesa, pero al levantar la servilleta, debajo de ésta,
cuidadosamente colocado, encontró un paquetito envuelto en papel de regalo. La
sorpresa hizo que todos los resortes de su cuerpo se pusieron en pie, el
corazón a galope tendido, los nervios desbocados y la cabeza dándole vueltas.
Con manos temblorosas lo abrió y quedó al descubierto una figura tallada en
madera de fabricación casera, pero muy bien elaborada, con un escueto mensaje
que decía
"¡Muchas felicidades, Julia!"
Desconcertada y con el rubor devorándola viva, levantó la
vista y se fue a encontrar de bruces con unos ojos de color de miel, tan
ancianos como los suyos, que la miraban llenos de ternura. Mil mariposas le corrieron por la tripa como
si tuviera quince años.
ResponderEliminarGasto para leer y desear a todos los abuelos y abuelos del mundo un feliz día
Buen domingo
abrazo
Un abrazo, Ricardo
EliminarEs una tierna y bonita entrada. Me uno a tí en la felicitación de los abueletes y los Joaquines y Anas, que tenemos varios en el grupo.
ResponderEliminarBuen verano.
Un beso.
Un besazo muy grande, Mari Carmen
EliminarMuy lindo relato! Yo ya no tengo abuelos, ni abuelas, pero los echo de menos. Su dulzura, su generosidad. Por cierto, que yo no soy abuelita, pero JAMÁS me he acordado de los años que tengo, tengo que restar mi año de nacimiento. Dejé de contar a los 16 años. Sigo siendo la misma pasen los años que pasen, jijiji. Un abrazo, seño.
ResponderEliminarA los abuelos, lo mismo que a los padres, siempre se les echa de menos y s eles lleva en el corazón.
EliminarUn beso, Blanca
Ay por favor, qué maravilla de historia.
ResponderEliminarLos abuelos son lo mejor. Yo los tuve hasta los treinta y tantos años y los echo de menos. Mis hijos en dos meses han perdido a mi madre y a mi suegro, menos mal que los disfrutaron muchos años.
La figura d emadera me recordó a mi abuelo, aún conservo algunas de las cosas que me hacía, talladas con tanto amor.
Muy feliz domingo y gracias por esta historia.
¡Qué suerte haber disfrutado de tus abuelos tantos años!Lo de la figurita lo puse en recuerdo a mi padre, que le gustaba trabajar con la madera.
EliminarUn beso muy grande, Marigem
Me sigues llevando con tus escritos a mi pasado de niña buena
ResponderEliminarabrazos siempre
Pues espero que eso te haga feliz.
EliminarUn abrazo Recomenzar
Hola Rita! Que tierna historia la de esta abuelita cumpleañera. Me encantó! No hay edad para encontrar el amor. Te deseo un lindo domingo! Un abrazo
ResponderEliminarY además, como ves en el relato, el amor sirve para curar todo tipo de males.
EliminarUn abrazo, Lady Blue
Ese era mi sueño, llegar a la vejez en compañía del amor de toda la vida, un milagro en tu relato, un abrazo Rita! Y Muy Feliz Día a los Abuelos de todos los lares!
ResponderEliminarUn feliz día para tí, Mª Cristina. Besos
EliminarUna historia tan conmovedora como real, suceden estas cosas cuando el espíritu es más joven que el cuerpo.
ResponderEliminarFeliz día a los que son abuelos. Yo me quedé en el camino por desgracia.
El amor puede aparecer cuando menos se espera.
EliminarUn beso muy grande, Airblue
Hace muchos años, cuando empecé en la docencia, me hizo reír una niña porque se negó a hacer un trabajo por ser el día de su cumpleaños. A veces me da pena que se hagan mayores, nunca sus cumpleaños van a ser los mismos, he, he.
ResponderEliminarEl día del cumpleaños es para cada uno el más importante del año, y bien podían dejarnos en los trabajos ese día libre...je, je. Yo también, el día del cumpleaños liberaba al niño o niña de tener que hacer tarea en casa.
EliminarUn abrazo, Ses
Rita, me has colmado de alegría y emoción y lagrimillas porque solo de imaginarme la escena de la abuelita mirando esos ojos color miel es lo mas...el amor no tien edad y queda bien reflejado en tu texto.
ResponderEliminarMuchas felicidades a todos lo abuelos y los que de alguna manera sin serlo como era mi caso tan bien ejerce de mis sobrinos nietos que los adoro ..Una feliz tarde.
Yo acabo de ser tia abuela también y es una alegría muy grande. Me alegro que te guste el relato. A veces esas cosas pasan y el amor se encuentra donde menos se espera.
EliminarUn besito, Campirela
Lindo post, ese regalo de cumpleaños abre un día de sol en la mirada. Muy bonito, la verdad
ResponderEliminarPor Joaquín y Ana. Felicidades a quienes tienen esos nombres. Un abrazo, Rita.
El amor nos puede hacer vibrar en el momento menos pensado. No mira la edad.
EliminarUn beso muy grande , Albada
¡Qué bonito Rita! ¡¡Precioso!! Muchas felicidades a los abuelos, y también a los Joaquin y Ana. En mi pueblo, donde crecí, Cañada Rosal, son además los patronos. Mchos besos :)
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado la historia.
EliminarUn beso muy grande, Margarita.
Hola felicito a los abuelos y te dejo unos abrazos de domingo, raro en mi pero hoy me he dado una vuelta por el blog
ResponderEliminarPues yo te devuelvo los abrazos deseando que sigas disfrutando de estos días de relax.
EliminarUn beso, Ester
Un poco de optimismo siempre sienta bien. No hay edad para quererse.
ResponderEliminarAbrazos.
Desde luego que así es. En cualquier momento puede saltar la liebre.
EliminarUn abrazo, Alfred
Que bello respirar, Rita !!!
ResponderEliminarEsto es una dulzura para aquellos que puedan llegar a esas edades y verse felices y juntos.
Un verdadero placer para los sentidos ya que con optimismo y fe se puede lograr todo.
Muchas gracias por la felicitación, pues este menda lerenda, se llama Joaquín. Felicidades también a todas las Ana y los abuelos del mundo mundial.
Un abrazo con cariño desde mi tierra meiga.
Muchas gracias, Joaquín por tu comentario. Realmente es una suerte, llegar a esa edad y con esa ilusión. Espero que pasaras y feliz día de santo.
EliminarUn beso muy grande
Os Avós são Pais duas vezes. Eu sou muito babada! :))
ResponderEliminar***
Um alvorecer diferente, auspicioso
Beijo e um excelente Domingo. :)
¡Ya lo creo que sí! Y los nietos que los disfrutan tiene unos segundos padres también.
EliminarUn beso y feliz día
muy lindo el relato si, esperanzador... ojalá sea abuelo, será hermoso... saludos
ResponderEliminarPues yo tampoco soy abuela, pero dicen que es algo muy hermoso, asi que espero llegar a serlo algún día.
EliminarUn abrazo, Julio
Una preciosidad llena de ternura.
ResponderEliminarFelicidades. A los abuelos por su día y a ti por es escrito.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Macondo. Que tengas también un feliz día.
EliminarBesos
Qué emocionante leer este relato. Cuando el amor perdura, no importa la edad, siempre habrá una razón para mirarse a los ojos y sentir ese rubor que sintió Julia con su regalo.
ResponderEliminarFelicidades a los abuelitos, a los Joaquines y a las Anas.
Un abrazo Rita que tengas buena semana y si tú eres abuela, felicidades!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Ceciely. Hay un dicho que dice que el amor no tiene edad, y qué bien que así sea.
EliminarUN abrazo muy grande y gracias por tu visita
Que tierna y maravillosa entrada , palabras llenas de amor, me gusta tu blog, por aquí me quedo si no te molesta, un abrazo Rita
ResponderEliminar¡Se bienvenido, Jorge! Espero que te encuentres cómodo aquí. Ahora mismo voy a conocer tu sitio para poder leerte yo también.
EliminarUn abrazo
Bonita historia,abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Fiaris.
EliminarUn beso
Maravilloso Rita, un relato lleno de esperanza, el amor no tiene edad. Saludos amiga y Feliz Dia.
ResponderEliminarAfortunadamente así es y puede llegar cuando menos lo esperamos como le ocurrió a Julia.
EliminarUn beso, Sandra
El amor tiene un increíble poder sanador.
ResponderEliminarPreciosa historia, Rita. Conmovedora y muy esperanzadora. No tengo todo perdido, jeje.
Besos
A´tí todavía te queda mucho por delante, Alís.
EliminarUn beso grande
Muchas gracias , Susana. Me alegro de tu visita.
ResponderEliminarBesos
Ainns... Pero que bonita y tierna entrada Rita! Con algo de retraso me uno a esa felicitación y gracias por la parte que me toca.
ResponderEliminarBesitos y buena semana Rita.
Muchas gracias por tu visita A. Que pases un feliz día.
EliminarBesitos
Que bonita, me ha encantado. Muchos besos.
ResponderEliminarMe alegro, Teresa.
EliminarUn abrazo
Cuanta termura hay en el corazón. Y en tu relato Rita.
ResponderEliminarFelicidades atrasadas para todos los abuelos.
Cuídate.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu visita, Laura.
EliminarUn abrazo grande
qué bonita historia! por desgracia, muchos ancianos viven en soledad, pero eso cambió aquel día para julia. el amor no tiene edad. me encanta el dibujo, se les ve felices a ambos.
ResponderEliminarabrazos!
¡Ojalá les pasara esto a muchos abuelitos!Dejarían de estar solos y tristes, pero desafortunadamente, no suele darse con frecuencia.
EliminarUn beso, Chema
Ay, qué bello homenaje a la vejez y al amor en tiempos en que algunos creen que ya no hay lugar para él. ELl cuerpo podrá estar mermado y avejentado, pero el corazón todavía puede latir con la fuerza de la juventud.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Y que lo digas , Josep! El amor mueve montañas. Gracias por tu visita.
EliminarUn abrazo
Hasta el último día de vida se pueden sentir emociones. Por ellas no pasa el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo, Julio
Si no se pone coto al corazón, el amor puede brillar en cualquier instante.
ResponderEliminarEs el que cura, cicatriza heridas y en tu texto queda de manifiesto.
Un abrazo Rita.
Asi es, hay que dejar que actúe siempre que quiera.
EliminarGracias por tu visita, Ángela
Un abrazo
Me ha encantado tu historia de amor tan llena de ternura y sensibilidad. Te sigo, un abrazo desde Málaga.
ResponderEliminarMuchas gracias, Neuriwoman. ¡Bienvenida!
EliminarUn abrazo
Julia, qué relato más bonito. Ante la tristeza de imaginarte a una persona sola en la residencia, el que florezca el amor en ese lugar siempre es muy emocionante. Me alegro de que en su cumpleaños le llegase un regalo tan especial.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo.Un abrazo.
Los pobres ancianitos se merecen un final feliz.
EliminarUn beso, Conchita
Me alegro por ellos.
EliminarHola saludos paso para darte las gracias por tu visita. Preciosa tu historia por que como esa están llenas las mentes de muchos. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias, Nany.
EliminarUn abrazo
Cuanta ternura mi amiga,
ResponderEliminaruna historia hermosa de
amor.
Besitos dulces
Siby
Muchas gracias, Siby.
EliminarUn beso
Tenemos tanto que agradecerles en estos tiempos en los que los sueldos no dan para más y en los que nuestra vida no nos permite disfrutar de nuestros hijos tanto como querríamos... Ellos nos echan una mano con las compras, nos dan dinero a fondo perdido cuando lo necesitamos y atienden a nuestros hijos cuando nos es imposible hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo para todos ellos.
Los abuelos hacen tanto por nosotros que se merecen un buen homenaje y que el final de su vida sea feliz.
EliminarUn abrazo, Carmen
El amor no tiene edad.
ResponderEliminar¡Muy bonito!
Felicidades a los abuelos en su día.
Afortunadamente así es. el amor puede saltar cuando menos se espera.
EliminarUn beso, Marisa
Que belleza de relato Rita, me encanta tu blog, te voy a seguir, un abrazo :*
ResponderEliminarMuchas gracias, Patty.
EliminarUn abrazo
Un bonito relato y muy emotivo.
ResponderEliminarEs un tiempo difícil para esos ancianos olvidados en las residencias.
Abrazo.
Ellos son los que han llevado la peor parte.
EliminarUn abrazo, Matías
¡Que bonitooo, me ha encantado! Sigamos cuidando de nuestros mayores y seamos responsables y sobre todo vivamos y actuemos simplemente con sentido común.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Si, seamos responsables porque, desgraciadamente, hay mucha gente que no lo es, y cuidemos a nuestros mayores, que ellos lo dieron todo por nosotros.
EliminarUn abrazo, Irma
Hola Rita, que relato mas bonito y tierno, te deja ese gustito de querer lo mismo y sentir igual, que bonito escribes de verdad:), también es precioso el homenaje a los abuelitos, se lo merecen ya ellos lo dieron todo por los demás.
ResponderEliminarBesos.
Hermoso relato, a pesar de todo: de la soledad y de la edad siempre hay la esperanza de que ocurran cosas inesperadas esa chispa mágica que da vida, que es el amor.
ResponderEliminarSaludos.
¡Cuánto tiempo que no pasaba por aquí! Al fin puedo visitarte y disfrutar de tus bellos relatos.
ResponderEliminarBesitos.