Se acerca la
fiesta de los Reyes, la noche más mágica del año, la más bonita, la que reparte
más ilusión, sobre todo en los niños. Y pensando en ella la memoria me lleva a
los tiempos de mi niñez. ¡Qué diferentes de los de ahora! Los Reyes nos traían
siempre algún juguetito , y todo lo demás eran cosas prácticas ( dinero, ropa
interior, material para el colegio...). Mi padre fabricaba a veces los juguetes
él mismo, con sus conocimientos en carpintería . Recuerdo una fabulosa cocina
de madera que hizo a mi hermana, con todos sus detalles, puertas, armarios,
fogones...¡hasta con los ganchitos para colocar los paños de cocina! Mi madre los hizo a ganchillo y también los
manteles. ¡Con qué ilusión trabajarían los dos todas las noches en ello cuando
nos acostábamos! ¡Mis queridos Reyes Magos!
Hoy ya no se
hacen cosas así, no hay tiempo, no hay ganas, no hay necesidad porque en las
tiendas ya se vende de todo. Se paga un pastón grande...¡y te lo llevas a casa listo! Sin embargo algo se pierde por
el camino ¿no es cierto?
Los Reyes
Magos de antes no eran tan espléndidos como los de ahora, pero hacían lo que
podían para llevar la ilusión a sus niños, y en todas las casas, por humildes
que fueran, siempre había algo. Afortunadamente todavía, en medio de tanto
materialismo, quedan por ahí bastantes
Reyes Magos que traen la felicidad y la esperanza a muchos hogares sin
recursos. Médicos que se ofrecen para salvar vidas en países pobres, maestros
que dejan en la cajonera un paquetito a aquel niño que saben que no ha tenido
reyes, el ama de casa que ofrece alimentos a quien no los tiene, la secretaria que al terminar su trabajo
ofrece su compañía a una persona enferma y sola, todos los que trabajan
recogiendo juguetes y otros artículos para repartir entre los necesitados...y
así podría seguir la lista.
Y esto me
lleva a la conclusión de que... ¡Los Reyes Magos existen! Están por todas
partes y lo que es mejor todavía...no trabajan una sola noche ...¡Lo hacen
montones de días y noches al año! Y esto es precioso y reconfortante. Pensar
que en medio de esta sociedad de consumo que nos devora vivos, todavía hay
personas mágicas que reparten ilusión a quien no la tiene, pero ilusión de
verdad, y no la que se compra en las tiendas.
Por eso
desde aquí quiero lanzar un VIVA muy grande para todos ellos. Que vivan
muchísimos años y que jamás , jamás, se
extingan estos magos de la esperanza.
¡QUE VIVAN LOS REYES MAGOS!
Hola! me alegra que vuelvas a estar con nosotros!
ResponderEliminarBeso desde Argentina
Yo también me alegro mucho de verte por aquí, Norma. Un beso muy grande.
EliminarYo viví una historia parecida a la tuya en la que mis padres ponían tanta ilusión en los regalos y al abrirlos que parecía que era a ellos a los que se los traían. Cuando dudé, por malas influencias, de que los Reyes fueran tan "mágicos" como decían, mi padre me hizo aterrizar haciendo consciente de que era imposible guardar a los camellos en algún armario de casa, además... ¿dónde estabas las coronas? En fin, si no hay emoción, ilusión y disfrute en la infancia... ¿alguien podría decir que es infancia?
ResponderEliminarMil regalos emotivos, con el corazón.
La emoción, la magia y la ilusión nunca se tienen que perder, ni siquiera cuando se llega a edad avanzada. Siempre tenemos que guardar un poquito de la infancia en nuestro corazón. Te deseo una feliz noche de Reyes y que te traigan muchas cosas buenas este año. Un beso.
EliminarTu hermoso recuerdo de la infancia me ha traído nostalgias de aquella época ¡Cómo me gustan tus reflexiones Pilar!
ResponderEliminarEn esta noche de reyes no perdamos las esperanzas y esa ilusión que teníamos de niños.
¡Feliz noche de reyes!
Un abrazo enorme.
La ilusión nunca se debe perder, Sandra. Espero que los Reyes te hayan dejado muchas cosas de las que salen del corazón.Un abrazo muy grande
EliminarBuenos días, señorita Rita. He vivido una una historia parecida, recuerdo que la noche de reyes no me quería dormir para estar despierta y poder ver a mi rey Gaspar dejandome las cosillas que podían traerme, pero siempre había algo y eso que en aquellos tiempos eran muy difíciles, pero eran unos Magos estupendos y nos dejaaban regalito a mi hermano y a mí.
ResponderEliminarEs una tierna y preciosa historia y me alegro enormemente que el 2019 regresaras con nosotros, eso sí que es un regalazo dde Reyes Magos ¡olé!
Enga, un saco de besotes y felices Reyes.
Muchas gracias, Mª Carmen. Espero que los Reyes hayan sido generosos contigo...ya sabes...en esas cosas que no se ven ni se pueden comprar. Un beso muy grande.
ResponderEliminarEfectivamente había menos pero no se notaba la carencia de lo material ya que nuestros padres ponían mucho amor en sus regalos.
ResponderEliminarBonita debía de ser la casa que hizo de padre.
Me alegro de verte, saludos.