Querida Andrea:
Me alegro muchísimo que estés disfrutando tanto del verano en tu pueblo y que estés en tan buena compañía. Seguro que allí tienes muchas amigas y amigos con los que jugar y pasar el rato, además de tus primos. Ernesto no tardará en llegar para pasar allí sus vacaciones y , por lo que me cuentas, creo que tú también le gustas a él. Mándame una foto para que pueda ver cómo es.
¡Ah, cómo te envidio! Aquí, en el campo, estoy casi siempre sola,. Son pocas las ocasiones en las que tengo compañía con la que jugar, aunque, si te digo la verdad, nunca me aburro, y me lo paso bien. Tengo algunos juguetes, los que me traen los Reyes y los que me compran en la feria de verano. Pero todo lo que pillo me sirve, las hojas de los árboles, las piedras, las cajas de cartón , los trozos de tela ...El otro día me fabriqué una tienda de campaña con una cortina vieja, una cuerda y algunas piedras pesadas.¡Quedó un refugio estupendo! Metí dentro mi hamaca, mis juguetes , mis libros...¡Y no veas la cantidad de tiempo que paso allí metida! Puedo jugar feliz en la intimidad, lejos de las miradas indiscretas de los adultos.
Otra cosa que me gusta mucho son los columpios. En casa no tenemos ninguno , pero hay una casa vecina que si lo tienen .Mi hermana es muy amiga de la hija mayor de esa familia. Entre dos árboles grandes han colocado una viga enorme, y luego dos cuerdas atadas a una tabla. Es un columpio de los buenos, buenos que te suben a la luna. Muchas veces voy hasta allí, pido permiso para columpiarme un ratito y me lo paso genial, empujando cada vez más y más alto. sin que ningún otro niño venga a importunarme.
También me gusta mucho ir al arroyo. Es apenas un hilito de agua que va por las piedras paralelo al Cigarral de Honorio. Todo su recorrido está fresquito y lleno de juncos. Cuando el calor es fuerte me voy allí a jugar. En una mano una bolsa con los juegos y en otra una sombrilla para resguardarme del sol, porque no hay árboles que den sombra por allí, solo maleza y pinchos. Si hace mucho calor me refresco los pies. Es lo único que se puede meter en el agua, pero cuando al mediodía el bochorno es muy grande tengo que volver a casa. ¡La de viajes que hago a ese sitio! Tengo hecha una vereda de tanto ir y venir, y me conozco cada piedra, cada caminito. En las primeras y últimas horas del día es cuando mejor se está. Es el momento perfecto para ir a jugar.
Bueno...estas son algunas de las cosas que hago. También me divierto de otras maneras que ya te contaré porque siempre no estoy sola. A veces recibo visitas de otros vecinitos que viven por los alrededores y buscan compañía, como yo. Pero eso lo dejo para otra ocasión
Te dejo, Andrea. No tardes tanto en contestarme, que me hace mucha ilusión recibir carta tuya.
Un beso muy grande.
Esos veranos disfrutando de las cosas sencillas en los que la imaginación es lo que nunca debe faltar para disfrutar del tiempo de ocio.
ResponderEliminarMe ha gustado ese tono de niña.
Besos
Maravillos , simplemente maravilloso , es como volver a esas cartas de mi juventud con mis amigos cuando regresaba a la ciudad ..contando todo lo que había pasado , esta es de más pequeños pero de igual modo me lo recuerda ..todavía guardo algunas y de vez en cuando las leo y alguna lagrimilla brota de mis ojos ..Me encanto Rota felicidades . Fuerte abrazo y feliz domingo.
ResponderEliminarQué bonito ¡¡¡¡ según se lee se disfruta . Yo me apuntaba a un verano así.
ResponderEliminarSAludos.
Has hecho recordar mis veranos en el pueblo de mi madre, que entrañables eran, ahora son solo recuerdos que vagamente se pierden. Un relato muy hermoso.
ResponderEliminarBesitos!!
Me has atrapado con una niña tan mona y una carta tan maja.
ResponderEliminarBesos.
Qué dulce y bonito!!.
ResponderEliminarY qué bellos veranos!!.
Un beso.
Un relado pleno de aventuras y tierno, atrapa por su encanto y dulzura...
ResponderEliminarMe recuerdas capítulos de mi niñez, ya muy lejana, pero que viví intensamente.
Buena semana y feliz día del Corpus.
Un beso enorme.
Cuando la vida es sencilla, las palabras salen así, frescas, espontáneas, naturales, como las dirigidas a Andrea.
ResponderEliminares como volver a sobrevolar la niñez.
Un placer tu visita. Me agrada la "sintonía.
Feliz semana. Un abrazo.
Hermoso relato que nos pinta una niñez soñada donde la imaginación basta para crear mágicos mundos. Con pequeñas cosas esa niña puede disfrutar tanto o más que con juguetes sofisticados.
ResponderEliminarBuena semana Pilar.
Un gran abrazo.
Veranos de carteos que ya no creo que se puedan dar. Esas infancias de verano y primos, qué dichosas.
ResponderEliminarPor las vacaciones infantiles, con sus risas. Un abrazo
Qué preciosidad de relato. Has traído mi niñez de regreso. Feliz de leerte cariño y espero que este verano escribamos muchos textos preciosos de cosas que hemos hecho. Besos : D
ResponderEliminarMe he sentido identificada en ese relato tanto en el pueblo cómo en el campo con su riachuelo.......he disfrutado mucho en mi niñez en ambos.Besicos
ResponderEliminarUna bella costumbre que se ha perdido, la de escribir cartas, Ni siquiera se escriben cartas por correo electrónico, hoy. Las cartas son un género categorizado como epistolar, en el campo literario, pero lo más relevante, es su espíritu familiar y comunicativo. Cómo nos gustaba mandar y recibir cartas. Y la que hace parte de esta entrada, es un ejemplo hermoso delo agradable de escribir cartas. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarBonito relato, los que siempre han vivido en una gran ciudad, no saben lo que es vivir en el campo, sobre todo en la etapa de niñez y adolescencia.
ResponderEliminarVivir en plena libertad, rodeados de naturaleza es algo que no se puede describir en pocas lineas.
Abrazos.
Todo a cambiado, en estos tiempos ya no hay cartas como estas tan plenas de nostalgias, para todos, gracias.
ResponderEliminarAbrazo
Qué nostalgia de esas cartas que nos escribíamos de niñas. Me trajiste la ilusión de llegar a casa y mirar el buzón, y la alegría cuando estaba la carta esperada.
ResponderEliminarMe hiciste también recordar el columpio que hicieron en el pueblo, colgado del árbol grande que había frente a la ermita.
Y lo mucho que nos divertíamos con lo que encontrábamos, sin necesidad de juguetes que piensen por nosotros...
Gracias por tanto
Besos
Hola.
ResponderEliminarQué carta tan deliciosa, me has recordado a las que escribía en mi infancia. Yo estaba con más niños pero el tono y las ideas eran similares. Y en la finca familiar tenía unos columpios muy chulos, comprados, y mi hermana y yo queríamos el que nos hizo mi abuelo con cuerda, jejeje.
Me ha encantado, enhorabuena.
Feliz semana.
Nosotros vivmos en una pequeña ciudad rodeada de campo, así que me ha recordado tu relato las posibles viviencias de mi hijo, aún demasiado pequeño, todavía de dos años. Me pregunto si recordará los columpios y el parque, del que tanto disfruta ahora, de la misma manera que en tu relato cuando llegue a ser más mayor.
ResponderEliminarUn saludo
Que bonito, eso ya es recuerdo, que pena, avanzar, si, pero si el avance es real
ResponderEliminarbesos
Tambien recuerdo cosas como estas de cuando era pequeña e iba a Recas. Entonces vivían mis abuelos y tambien tenía amiguitos. ¡¡¡Que maravillosos años!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
A mí me gustaba mucho escribir cartas a mis amigos. En cambio, no me gustaba nada tener que hacer los ejercicios del cuaderno de vacaciones, jajaja.
ResponderEliminarUna carta dulce y espontánea, como no podía ser de otro modo saliendo de una pluma infantil.
Un abrazo.
Una carta preciosa, sencilla y entrañable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Feli.
Pena que ahora se escriban tan pocas cartas, con lo cartera que he sido yo en mi juventud. De vez en cuando sigo escribiendo a una amiga, pero cada vez menos.
ResponderEliminarLa posibilidad de leer y releer lo que pone un amigo es algo que se pierde con la inmediatez de los mensajes del móvil.
Una carta fantástica!!! besotes.