NOVIEMBRE

Ya pasó Halloween, el Día de Todos los Santos y el Día de Difuntos, ya se ve en el horizonte un mes de noviembre claro y limpio, sin sobresaltos.

Noviembre es el penúltimo mes del año, es el que nos prepara para la gran fiesta de la Navidad y empieza a oler a turrón y mazapán. Sin ir más lejos, hace dos días ,en el supermercado de mi barrio, ya ví las primeras cajas de dulces navideños y en las tiendas de decoración rebosan los adornos que pronto estarán en nuestras casas.

Hoy lo recibimos con una agradable temperatura pero con un viento fuerte que hace bailar las ramas de los árboles y arranca las hojas que ya están amarillas.

Su nombre viene del latín "november" , que significa nueve, porque  en tiempos de los romanos ocupaba la novena posición en el calendario, después se cambió de lugar y se colocó en el undécimo puesto pero continuó conservando su nombre.

En este mes entra el signo de Sagitario, alegre y desenfadado, por eso se le suele representar como un personaje vestido con hojas secas, apoyada una mano en el signo de Sagitario y la otra sosteniendo el "cuerno de la abundancia", de donde salen algunas raíces.

En noviembre todavía es posible disfrutar de algún día bueno, aunque el frío a medida que avanza se empieza a notar y para pasear hay que abrigarse bien. En las esquinas ya es frecuente ver los puestos de castañas asadas, que están riquísimas, y en casa se suelen comer postres típicos, como los huesos de santo, los pestiños, los buñuelos de viento o el dulce de membrillo.

En noviembre se celebra también el Día del Niño , el 20, y el de la Música, el 22. Dos fechas que a mí me gusta recordar siempre.

En definitiva, que este mes es como todo, habrá a quien no le guste y habrá a quien no le parezca mal. A mí  antes no me gustaba mucho, pasaba por él sin prestarle atención, no me gustaba el frío y ver los árboles desnudos me entristecía, pero de unos años a esta parte he mirado su lado bueno ( que también lo hay), y disfruto con lo que se puede.